Quiere controlar este millonario mercado y que el dinero ligado a los traspasos sea más transparente y sostenible. Algunos clubes tienen evidentes relaciones y facilidad para firmar jugadores suyos, convertidas estas compañías en auténticos salvavidas para entidades que necesitan comprar y vender cada verano para cuadrar cuentas. En este contexto, la FIFA ha tomado cartas en el asunto. Un trastoque para los clubes, cuya relación con estos intermediarios es vital para traer a este o aquel futbolista.